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La rivalidad entre mexicanos y hondureños se desató desde la salida de los equipos al terreno de juego. Los catrachos ganaron la primera batalla al opacar a los aztecas al momento de cantar el himno nacional, haciendo vibrar el estadio a una sola voz.
Contagiados por el apoyo de sus paisanos, Honduras comenzó presionando y dominando al Tricolor en los primeros minutos de juego, pero el frío paralizó su funcionamiento, permitiendo la reacción de los mexicanos, que se adueñaron del partido y revirtieron el situación.
Con toques de primera intención, cambios de juego y muchas velocidad, Alan Pulido abrió el marcador para México (13'); el festejo bajo la lluvia llenó de fuerza al delantero azteca, quien a cinco minutos del final sacó un cañonazo fuera del área, mandando el balón al ángulo para hacer un golazo y encaminar al Tri al liderato del Grupo B.
El descanso fue la continuación de la fiesta de un Alan Pulido tocado por los dioses, haciendo su marcó su tercer gol en una gran jugada; donde Marco Fabián filtró desde la media cancha para Javier Aquino, quien terminó por poner el servicio que el delantero de Tigres mando a la red y que sentenciaba el partido.
Honduras se derrumbó ante la superioridad de once mexicanos inferiores en fortaleza física, pero mejor en el juego de pelota, ese deporte que los llevó a ser el mejor en el área de Concacaf y que la soberbia les había quitado.
El Tri Sub-23 podrá dormir tranquilo, con la confianza que da el saber que han cumplido el primer objetivo, amarrando su pase a las semifinales al llegar a seis puntos en el Grupo B, manteniendo vivo el sueño del técnico Luis Fernando Tena de regresar a México a unos Juegos Olímpicos.
Via | Terra