20 de julio de 2011

Dia del Amigo :: River mi buen amigo

Almeyda festejará un Día del Amigo especial con sus flamantes compañeros de sueño: Amato, Chamot y Roa. "Nuestro deseo es que River vuelva a Primera", dice el Pelado. Conocé a un cuerpo técnico que trabaja con mucho sentimiento.

¡Ahhh, tenés razón! ¡No me di cuenta de que era el Día del Amigo!". Matías Almeyda se lleva la mano hacia la frente. Su vida, hoy, es una pelota, arena, mar y pases largos. Pero eso no le impide darse cuenta al toque de que no puede vivir adentro de un escudito. El Pelado, enseguida, intenta redimirse de su olvido.

Y a pedido de Olé, dirige la orquesta, elige el fondo que más le gusta y llama a los integrantes del flamante cuerpo técnico de River para celebrar en una imagen que quedará para el recuerdo un día especial para ellos: el Día del Amigo.

Mientras Carlos Roa se preocupaba porque la barbita de varios días no lo favorecía, el marplatense Gabriel Amato quería posar en el gimnasio ya acostumbrado a la escenografía y José Chamot respiraba paz interior, el Pelado -en nombre de todos- le ponía palabras a un momento particular y al sueño que los une: "Nuestro deseo en este Día del Amigo tan especial es que River vuelva a Primera", dice Matías Jesús. Y Amato, Roa y Chamot levantan el pulgar.

Gaby conoció al hoy DT en Núñez en el 94, compartió sueños de fútbol en España luego de las transferencias de ambos (al Hércules uno, al Sevilla el otro), hoy vive a 50 metros de los Almeyda y su esposa, para colmo, es íntima de Luciana García Pena.

El Flaco fue el que recomendó a Almeyda a la Lazio. Lechuga, el que capturó su sentimiento desde la previa del Mundial 98. Chamot y Roa dejaron Rosario y San Vicente y se instalaron en el piso de arriba de la casa de Amato y, dicen, rechazan las comodidades de todos los departamentos que les ofrecen porque no se piensan ir. Desde Nordelta, entonces, salen todos juntos hacia el Monumental o el predio en la Hyundai negra que conduce Amato. Todos juntos, también, bajan a desayunar/almorzar/cenar. Todos juntos corren alrededor de las canchas aunque sea Almeyda el que se tiente, se arremangue los pantalones y patee una pelota o haga la misma rutina física que los jugadores.

El Pelado armó un cuerpo técnico basado en las capacidades de cada uno de sus integrantes, pero también en la gran amistad que los une. Nada más gratificante que trabajar con amigos y en lo que más le gusta a todos: el fútbol. Es un cuerpo técnico de amigos. Que trabajan como locos y superan los obstáculos por la relación. Por eso, este 20 de julio es único.

Cada uno es diferente y se complementan. Meticuloso y obsesivo, Almeyda mueve los hilos carpeta en mano: analiza un video, elige la rutina, acomoda los conos como si fuera un utilero, está atento a cada detalle y es el que más se escucha durante las prácticas. Buena onda, paciente y muy pretencioso en los trabajos de definición, Amato es el GPS en Baires o acá, donde juega de local, y el que tira una broma de vez en cuando para que tanto laburo se haga más llevadero. Bajo perfil, serenidad pura y profesionalismo, Chamot está encima de los defensores con detalles puntuales. Humilde y conceptual, Roa hace docencia con los arqueros.

Son amigos. Amigos que soñaron y sueñan volver.

Via | Ole (Argentina)