La ilusión es máxima entre los aficionados españoles. Después de una historia plagada de decepciones, la selección afronta la semifinal de este jueves ante Rusia como favorita, y con la sensación de que esta vez, una vez superada la fatídica fase de cuartos de final, y ante toda una campeona del mundo, puede ser la gran ocasión de conseguir un título grande.
Por otra parte, hay mucha prudencia. Una prudencia necesaria si se tienen en cuenta dos factores: por un lado, la inexperiencia en esta fase del campeonato. Muchos seguidores españoles se preguntan si sabrán los jugadores de Luis Aragonés dar la talla en un momento tan decisivo. Parece que hasta ahora a España no le ha temblado el pulso. La prueba de Italia, en la que España estuvo siempre a mejor nivel que los experimentados transalpinos, ha hecho subir muchos enteros la cotización de la selección. A España no le pudo la presión cuando fue imposible sobrepasar la muralla de los de Donadoni, subo seguir haciendo su fútbol y superó el momento de máxima tensión de la tanda de penalties. Muchos jugadores mejoraron incluso su rendimiento respecto a otros partidos. La defensa, con un Puyol mucho mejor que a lo largo de toda la temporada, pareció recuperar una solidez que se echaba en falta.
El otro factor que genera inquietud es el momento de los rusos. Ciertamente esta no parece la misma selección a la que se goleó por 4-1 en el primer partido del grupo. Si bien los de Hiddink no perdieron la cara al partido e intentaron siempre desplegar su fútbol de ataque, lo cierto es que mostraron una alarmante falta de contundencia frente a la eficacia a la contra del combinado nacional. Pero llegaron las victorias rusas ante Grecia y Suecia, y sobre todo la exhibición de cuartos ante Holanda.
Los Pavlyuchenko, Arshavin y Zhirkov maravillaron ante una de las grandes favoritas para el título final con un fútbol valiente y plagado de talento. La vuelta de Arshavin al equipo, tras perderse los dos primeros choques por sanción, ha sido decisiva para el ataque ruso. El mediapunta del Zenit es hoy uno de los jugadores más cotizados del torneo, tras haber desarbolado una y otra vez a la defensa holandesa, dejando detalles de gran futbolista. Además, Rusia se ha mostrado como un equipo en buena forma física (la liga rusa ya lleva tiempo en marcha) y eso les confiere un extra en cada partido. No tienen nada que perder, y afrontan el choque con menos presión que España.
España afronta pues el partido con prudencia, pero consciente de su mayor calidad. Dejando aparte al espectacular Casillas, si se confirma la mejora en defensa de los Puyol, Marchena, Capdevila (con la incógnita de un nervioso Sergio Ramos), la selección puede ser imparable. Ante un equipo tan abierto como Rusia un centro de campo de enorme calidad y bien guarnecido por Senna y una delantera considerada la más en forma de Europa debe decantar la balanza del lado español. Parece que Luis repetirá el once que superó a Italia, salvo cambio de última hora.
En cuanto a Guus Hiddink, tiene la baja del central Kolodin y del delantero Torbinski, si bien este último no fue titular en el partidazo contra Holanda. El talón de aquiles ruso es claramente la defensa, pues se ha mostrado lenta y poco segura a lo largo de todo el campeonato. Habrá que vigilar a dos jugadores de gran calidad: Zyrianiov, medio derecha, y Zhirkov, sobre todo los centros del este fino lateral izquierdo, espectacular en el partido de cuartos.
El peligro arriba lo pondrán el tan anárquico como genial Arshavin, en la línea de los grandes jugadores del Este y el elegante Pavlyuchenko, que se han mostrado como una sociedad letal en el torneo.
Todo está listo para la gran oportunidad de España. Desde 1984 no se ha estado tan cerca del éxito y todo el país está detrás de la selección.
Por otra parte, hay mucha prudencia. Una prudencia necesaria si se tienen en cuenta dos factores: por un lado, la inexperiencia en esta fase del campeonato. Muchos seguidores españoles se preguntan si sabrán los jugadores de Luis Aragonés dar la talla en un momento tan decisivo. Parece que hasta ahora a España no le ha temblado el pulso. La prueba de Italia, en la que España estuvo siempre a mejor nivel que los experimentados transalpinos, ha hecho subir muchos enteros la cotización de la selección. A España no le pudo la presión cuando fue imposible sobrepasar la muralla de los de Donadoni, subo seguir haciendo su fútbol y superó el momento de máxima tensión de la tanda de penalties. Muchos jugadores mejoraron incluso su rendimiento respecto a otros partidos. La defensa, con un Puyol mucho mejor que a lo largo de toda la temporada, pareció recuperar una solidez que se echaba en falta.
El otro factor que genera inquietud es el momento de los rusos. Ciertamente esta no parece la misma selección a la que se goleó por 4-1 en el primer partido del grupo. Si bien los de Hiddink no perdieron la cara al partido e intentaron siempre desplegar su fútbol de ataque, lo cierto es que mostraron una alarmante falta de contundencia frente a la eficacia a la contra del combinado nacional. Pero llegaron las victorias rusas ante Grecia y Suecia, y sobre todo la exhibición de cuartos ante Holanda.
Los Pavlyuchenko, Arshavin y Zhirkov maravillaron ante una de las grandes favoritas para el título final con un fútbol valiente y plagado de talento. La vuelta de Arshavin al equipo, tras perderse los dos primeros choques por sanción, ha sido decisiva para el ataque ruso. El mediapunta del Zenit es hoy uno de los jugadores más cotizados del torneo, tras haber desarbolado una y otra vez a la defensa holandesa, dejando detalles de gran futbolista. Además, Rusia se ha mostrado como un equipo en buena forma física (la liga rusa ya lleva tiempo en marcha) y eso les confiere un extra en cada partido. No tienen nada que perder, y afrontan el choque con menos presión que España.
España afronta pues el partido con prudencia, pero consciente de su mayor calidad. Dejando aparte al espectacular Casillas, si se confirma la mejora en defensa de los Puyol, Marchena, Capdevila (con la incógnita de un nervioso Sergio Ramos), la selección puede ser imparable. Ante un equipo tan abierto como Rusia un centro de campo de enorme calidad y bien guarnecido por Senna y una delantera considerada la más en forma de Europa debe decantar la balanza del lado español. Parece que Luis repetirá el once que superó a Italia, salvo cambio de última hora.
En cuanto a Guus Hiddink, tiene la baja del central Kolodin y del delantero Torbinski, si bien este último no fue titular en el partidazo contra Holanda. El talón de aquiles ruso es claramente la defensa, pues se ha mostrado lenta y poco segura a lo largo de todo el campeonato. Habrá que vigilar a dos jugadores de gran calidad: Zyrianiov, medio derecha, y Zhirkov, sobre todo los centros del este fino lateral izquierdo, espectacular en el partido de cuartos.
El peligro arriba lo pondrán el tan anárquico como genial Arshavin, en la línea de los grandes jugadores del Este y el elegante Pavlyuchenko, que se han mostrado como una sociedad letal en el torneo.
Todo está listo para la gran oportunidad de España. Desde 1984 no se ha estado tan cerca del éxito y todo el país está detrás de la selección.
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