Lo que mal empieza, mal acaba. Así reza un viejo adagio que bien podría
ser el fiel reflejo de lo que aconteció con la Selección Mexicana, en un
verano que pintaba para regalar sonrisas y terminó provocando enfado y
malestar. En el itinerario solo queda una parada para concluir este
pasaje: la Copa Oro 2013, que ofrece a quien la conquiste la mitad del
boleto para participar en la próxima Copa Confederaciones.
Y aunque es un torneo donde la fase de grupos pasa desapercibida, lo mínimo que el Tri esta obligado hacer es llegar a la final, pero sin duda su obligación es quedar Campeón.
El juego es el domingo a las 8 pm